«Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».                                                             Mt 11, 28-30

Hasta en la vibrante humanidad portentosa del Señor de Pasión podemos encontrarnos, si la buscamos, una mirada repleta de dulzura que nos invita a descansar en su Amor, a aliviarnos en Él de tanto cansancio y de tanto agobio que sobretodo en forma de pandemia está condicionando y limitando nuestras vidas.

Afrontamos otra cuaresma que deberemos vivir íntimamente; inmersos en la ternura que nos trasmite Jesús de la Pasión y que ha sabido captar nuestro hermano David Cisneros en este cartel, aprovechemos este tiempo para preguntarnos qué espacio dejamos que ocupe Cristo en nuestras vidas, si prestamos suficiente atención a reconocer su presencia en cada momento, en cada lugar, en cada persona, si realmente confiamos en Él sin reservas, y cuánto de lo que somos, estamos dispuestos a ofrecerle.

Acerquémonos a Cristo y dejemos que nos invada y se adueñe de nosotros.