El pasado Viernes 28 de Junio, en Cabildo Extraordinario realizado tras el anual Cabildo General de Cuentas, la Archicofradía aprobó afrontar en los próximos dos años, la finalización de la orfebrería y del bordado del palio del trono de María Santísima del Amor Doloroso, concluyendo el proyecto diseñado por nuestro hermano Fernando Prini Betés desde 1989 al 2016, en distintas fases. Del mismo modo se acordó proceder a la restauración y el plateado del Trono del Señor de Pasión, para que en el año 2021, coincidiendo con el 75 aniversario de su primera salida en 1946, sean estrenados ambos proyectos. Para la realización de dichos trabajos la Archicofradía, a propuesta de la Junta de Gobierno, depositó su confianza en el taller de Bordados en Oro de Joaquín Salcedo Canca y en el taller de Orfebrería Montenegro, ambos artistas locales con gran experiencia y reconocida valía profesional.
Los trabajos de finalización de la orfebrería del trono de la Virgen incluirán la realización de las representaciones escultóricas en plata de ley de San Ciriaco y Santa Paula, patronos de Málaga y devociones insignes del templo parroquial, sede canónica de la Archicofradía. Dichas imágenes irán en los laterales del trono escoltadas entre arcángeles, finalizando de esta forma la cuarta línea argumental del programa iconográfico del Trono de la Virgen, que marca un discurso genealógico basado en la reivindicación de la pertenencia histórica de la hermandad al templo. Completando de esta manera el conjunto que formaran junto con la imagen de la Virgen de los Remedios, estrenada en el año 2015, que luce en cimera de la capilla frontal, la conocida como «entrecalle» de la candelería del trono.
Sin duda el trabajo de mayor calado, por su complejidad y valor económico, será la finalización de los bordados del palio. Concretamente las bambalinas interiores y el techo de palio, dibujados por Fernando Prini en el año 2016 y aprobados en Cabildo ese mismo año. En dicho diseño las bambalinas interiores siguen el mismo juego rítmico de la decoración de los exteriores, persiguiendo una mayor simplicidad estructural con tal de dar sentido a los emblemas constituyentes de las letanías lauretanas. Éstas presiden cada paño, orlándose su parte inferior a modo de secuencia que sigue estéticamente el corte de la bambalina. Pequeñas palmetas separan esos dichos motivos para a su vez sustentar unas estilizadas piñas, identificativas de la fecundidad de María. El juego de estas flores junto a la decoración vegetal son igualmente utilizadas para los paños en ochava, conformando toda la línea visual de las bambalinas un elegante todo continuo.
El diseño del techo de Palio se compone de un rectángulo en ochava en el que sobresalen visual y compositivamente tres partes fundamentales. Una primera orla, simple, en la que descuella el juego de granadas y hojas vegetales; conforman un habitual ritmo de entrantes y salientes, presente tanto en el manto como en otras insignias. Una segunda orla, mucho más profusa e igualmente inspirada en el variado ornamento del manto. En ésta, el protagonismo lo alcanzan la estratégica disposición en los ángulos, centro de los lados menores y hasta dos veces en los menores, de ánforas de cinco azucenas, entrelazadas decorativamente por amplias “eses” vegetales que a su vez encierran las referidas fecundas piñas. Y la tercera, conformada por un tachonado de piñas y azucenas que permiten, en su centro, disponer una singular gloria. La idea compositiva para el diseño de esta última se inspira en las cartelas florales barrocas, aunque armonizando su impronta con el resto del conjunto procesional. En el centro del óvalo despunta un gran corazón alado, símbolo del alma que vuela hacia Dios. En este caso específico, se refiere, además, al propio corazón de la Virgen que asciende hacia Él, surcado de un anillo cruzado de rosas y traspasado por un puñal representativo de la profecía de Simeón referida por San Lucas, que sirve de justificación al tema de la Transfixión de María y de fundamento evangélico a la advocación de Amor Doloroso. Por encima de la corona, emergen tres azucenas entre cardos, símbolo de la pureza recogido en el Cantar de los Cantares: «como el lirio entre los cardos es mi amada entre las doncellas». Sobrevolando el corazón y las azucenas aparece un sol radiante con el Crismón inscrito en él, que simboliza a Cristo: Sol Invencible, de Salud y de Justicia. Entre el óvalo y la cartela externa aparece una banda con una inscripción en letras capitales romanas con el texto de San Buenaventura que dice: TEIPSVM DERELIQVISTI PROPTEM AMOREM GENERIS HUMANI QVA REDEMPTIONE EIVS GAVDEO SED PASSIONE TVA AFFLIGOR; donde el Doctor Seráfico pone en boca de la Virgen el siguiente lamento: «Tú te has abandonado a ti mismo por amor del género humano, al cual has querido redimir. De ello me alegro, aunque por tu Pasión me aflijo».
Al mismo tiempo que se ejecutan tan magnas obras, el Trono Procesional de Ntro. Padre Jesús de la Pasión será sometido a un completo proceso de restauración, del que su nuevo plateado será la parte más visible. Previamente serán reparadas piezas de orfebrería y fundición a las que el paso del tiempo ha afectado. Todo encaminado a ser estrenado el próximo Lunes Santo de 2021, en donde conmemoraremos el 75 aniversario de la primera salida procesional del trono que realizaran en 1946 los talleres de Manuel Seco Velasco, siguiendo diseño de Ramón Grosso Portillo.