Eran las ocho en punto de la mañana cuando las puertas de la Parroquia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula, en el tercer domingo de octubre volvían a abrirse tras tres años, para dar comienzo al XLVII Rosario de la Aurora de Mª Stma. del Amor Doloroso bajo los tradicionales sones campanilleros de la Camerata Ipagro.

Embocaba calle Comedias con la letra de una maravillosa «aurora»: ¡Alegría que ya viene el día, ya van alumbrando los rayos del sol, para darle los muy buenos días a la Inmaculada Pura Concepción! y es que nuestra Madre es, como dijo el poeta, esa luz de donde el sol la toma.

Se fue rezando el Santo Rosario por las calles del centro de la ciudad dirigido por D. Rafael Carmona, Diácono permanente, mientras la aurora iba despuntando el día y tras cada rosario los sones, por campanilleros, en honor a nuestra Señora.

A las diez de la mañana, el cortejo cruzaba el umbral de nuestra Parroquia y tras él, la Virgen del Amor Doloroso, avanzaba por la nave lateral de la iglesia, bajo los acordes de «La Estrella Sublime», para quedar apostada en la puerta de la sacristía durante la Eucaristía que vivimos en hermandad.

Tras la Santa Misa y con la Camerata Ipagro haciendo sonar magistralmente la marcha «Virgen del Amor Doloroso», nuestra bendita Madre regresaba a su capilla acompañada por todos los devotos y hermanos que allí se daban cita.

Fue un día de hermandad en torno a María Santísima del Amor Doloroso a quien pedimos y rogamos por todos los hermanos de nuestra Archicofradía.

Madre del Amor Doloroso, ruega por nosotros.